Hay muchas chicas que se atreven a tragar el semen de su pareja, no tienen miedos ni complejos en hacerlo, porque les gusta complacer y les gusta todo lo que tiene que ver con esa persona que aman, aunque no todas son tan permisivas. Y ese acto de tragar el semen de su hombre es algo que estimula mucho los sentidos de los hombres, debido a que los chicos son pervertidos, llegan a tener muchos sueños y fantasías que desean cumplir, sabiendo que esas fantasías muchas veces provienen de lo que ven en el mundo pornográfico y aunque hay que tener presente que el sexo real no es igual al sexo que se ve en la películas, hay ciertas prácticas que se pueden implementar como por ejemplo esa, que resulta ser algo osado a final de cuentas y que las chicas que quieren consentir a su pareja y que quieren mantener la llama de la pasión, no dudan ni un segundo en hacer eso y más, porque no es la única experiencia que resulta caliente para ambos, hay otras prácticas que son estimulantes y que no se deben dejar pasar.

Entre esas buenas prácticas en la cama tan osadas está el sexo oral que para mí nunca debe de faltar en la cama, porque el sexo oral en sus variantes resulta algo bastante intenso, resulta bastante caliente, no solo para las chicas que sabemos que necesitan de estos estímulos para poder llegar a su placer, sino que también para los hombres porque ven a su chica guapa jugando con su sexualidad y si en ese momento de juego los chicos terminan, las mujeres pueden tragar el semen de su pareja en ese momento, para hacer de ese estimulo algo mucho más atrevido y candente.

Porque lo bueno en la cama es que todo se vale siempre y cuando las personas se sientan a gusto, suelen ser las chicas más atrevidas y sin complejos las que no tienen temor en vivir esta clase de experiencias con su pareja, lo cual ayuda mucho a que se sientan unidos, pues a pesar de que el sexo no lo es todo, la verdad es que tener una buena intimidad es lo que ayuda a evitar las infidelidades, sobre todo por el tiempo en pareja que puede tornarse aburrido debido a las rutinas vividas, pero eso sucede si no hay disposición para experimentar al máximo.