Las chicas escorts o damas de compañía, como son conocidas por muchos, sin duda son unos de los servicios favoritos de todos los hombres pues ellos han descubierto que con ellas tienen grandes pasiones y placeres por delante para disfrutar. No  es ningún secreto para nadie que estas damas de compañía son verdaderas expertas en complacer a los hombres, presumiendo de un amplio repertorio de técnicas y habilidades sexuales en la cama que da la impresión de que no todo chica conoce. Es completamente cierto que el placer esta cien por ciento garantizado con las chicas escorts que encontramos en la calle, pero esto no significa que con otras mujeres comunes y corrientes que encontramos en nuestro entorno social no tengamos una buena diversión que conseguir, algo que muchos hombres llegan a creer, motivándolos a concentrarse únicamente a tener aventuras con damas de compañía y pasando de las relaciones con otro tipo de chicas.

Hay hombres que piensan que solo las damas de compañía producen sensaciones únicas, pero la verdad es que así como ellas pueden complacer las mujeres normales también pueden hacerlo. No por no ser profesionales dedicadas el cien por ciento del tiempo a estar con hombres y satisfacerlos tienen menores cualidades para lograrlo, y es que las chicas comunes tiene más que ofrecer en la cama de lo que la mayoría piensa, dándoles en la mayoría de los casos unas gratas sorpresas a más de un hombre que no se dedica a ignorarlas y solo estar con profesionales del sexo.

Hay mujeres tan normales que fácilmente las podemos encontrar en nuestros alrededores que pueden brindarnos una noche de pasión inolvidable. Estas chicas podemos encontrarlas en nuestro vecindario, en el trabajo, en la universidad o en el supermercado, y aunque a simple vista no lo parezcan pueden ser muy buenas amantes si nos proponemos llevarlas a la cama. Y es que a todas las chicas sin importar su ocupación les gusta mucho satisfacer a sus hombres, por lo que siempre procuran aprender y desarrollar las mejores técnicas de satisfacción masculina para ganarse un buen lugar en el pensamiento de aquellos afortunados que puedan tener un encuentro erótico junto a ellas. Con otras chicas los hombres tienen la posibilidad de disfrutar del sexo prácticamente igual que con las damas de compañía, con la diferencia de que no tienen que pagar por las horas de su compañía siendo esto evidentemente mucho más rentable y beneficioso para ellos.